Mi querido asesino (cap. 1/??)

Bueno, aquí les voy dejando un fanfic de terror y misterio, es el primer fic que publico espero que les guste

No se admite la lectura de menores de 15 años

Capítulo 1: "Asesinato en el instituto"

Era una mañana como cualquier otra, yo iba caminando con mi amiga Leticia, ibamos discutiendo como siempre de moda, ella decía que sabía más que yo, pero estaba vilmente equivocada, nadie me superaba en ese tema.

Por cierto, mi nombre es Alicia, tengo diecisiete años y estoy en mi último año de preparatoria.

Digamos que yo no llebaba una voda de la cual debería de sentirme orgullosa ni mis padres estaban orgullosos de la vida que yo llebaba, esperaban a una hijita tierna, mimada y por sobre todas las cosas una NERD ANTISOCIAL.

Leticia: Hace tanto calor- se quejó mientras esperábamos a que el semaforo de la luz roja para que los automóviles se detuvieran y pudiéramos pasar.
Alicia: Pues recógete el cabello, mira que largo es y además qe tienes mchísimo cabello.
Leticia: Tardé media hor ahaciéndome el alisado, no voy a estropear mi cabello.
Alicia: Se nota- me burlé para mis adentros, las puntas de su cabello estaban dañadas.
Leticia: Hoy Ariel va a venir a buscarte, yo me voy a adelantar.
Alicia: ¿El no me dijo nada?
Leticia: Es predecible, últimamente cada vez que sus horarios de salida coinciden el nos acompaña, pero por supuesto tú eres su único interés.
Alicia: Alucinas- le hice un gesto con el dedo indice en círculos por mi cabeza insinuándole que ella estaba loca.
Leticia: El te gusta ¿verdad?
Alicia: Se me antoja un helado-cambie de tema.
Leticia: A mi tambien- esbozo una media sonrisa ya imáginándose a lo que yo me refería.
Alicia: La última en llegar paga por ambos helados- comencé a correr.

Corrimos como cuatro cuadras, caí en la butaca exhausta casi sin aire, ella llegó un poco después.

Leticia: ¿Qué gusto quieres?
Alicia: Frutilla y chocolate.

Llegamos al instituto a eso de las diez de la mañana, nadie nos dijo nada, ya no se tomaban la molestia en regañarme o mandar a llamar a mis padres ya que ni si me quitaran el internet, mi celular,mi ipone, mi dinero y todo lo demás, aún así no cambiaría nada de mi.

Yo no tenía muchos amigos ya que se decía de mi que yo era una desquiciada que se cortaba las venas, que era una drogadicta y psicópata.

Pero no todo era verdad, yo no fumaba drogas ni nada, sólo el tabaco común que todos fuman, y tampoco me cortaba las venas.

Es más, yo le tenía un terror a la muerte, cada vez que alguien hablaba de ello yo cambiaba rápidamente de tema, pero si me cortaba las muñecas, pero no eran cortaduras muy profundas, sólo reemplazaba en dolor que tenía en mi pecho por el ardor de las heridas, cosa que me hacía sentir mejor.

Aunque lo estaba dejando, ya hacía tres meses exactamente que ya no me cortaba.

A la hora de la salida fui al baño, miré mi reflejo con una mueca de fastidio, mi cabello largo y rubio y mi piel bronceada me hacían ver como a una zo***, me saqué los lentes de contacto grises dejando ver mis ojos cafés que estaban algo irritados por los lentes.

Me tapé esas enormes ojeras con un poco de maquillaje, estaba feliz, Ariel, el chico que me gustaba me acompañaría hasta casa.

Entré al curso apresurada, ya no había nadie en el instituto, tal vez él ya me estaría esperando abajo junto al portón, recogí mis cosas y las tiré desordenadamente en mi cartera con prisa.

Entonces escuché unos pasos detrás de mí, unos fuertes brazos rodearon mi cintura, ese aroma era inconfundible, cerré los ojos mientras sentía su respiración en mi cuello, sus labios se posaron en el, me comenzó a besar, uno de sus brazos me soltó, pero me seguía besando.

Sentí algo muy frío en mi cabeza, pero en ese momento todos mis sentidos le daban importancia a sus besos.

- Ariel te amo- confesé cuando escuché un crujido de esos que se escuchan a cada rato en las películas de policías.

Abrí los ojos, él estaba justo detrás de mi, un fuerte ruido casi me deja sorda, mi vista se nubló, tirada en el suelo sólo pude distinguir una sonrisa maniática y algo que parecía ser un mechón de cabello negro entes de que mi vista se oscureciera completamente.

¿Quién habís sido capaz de hacerme eso después de tal confesión?

En ese momento, moribunda, me di cuenta que la muerte no era nada tenebrosa, todo había sucedido tan rápido.

Cuando mi vista volvió, había oscurecido completamente, las campanas de la medianoche comenzaron a sonar mientras veía mi cuerpo ensangrentado tirado en el suelo, en mi mano derecha yo tenía un arma.

Yo no había visto a mi asesino, pero no descansaría en paz hasta vengar esa muerte, mi propia muerte.

Una rabia me invadió completamente, lo odiaba, odiaba a esa persona, y sobre todo por tratar de hacer parecer mi asesinato a un simple y estúpido suicidio, pero me las iba a pagar sea quien fuese esa persona.

Continuará y eso que la parte de terror todavía no comienza

Me gusta la historia, voy a estar esperando la continuación que parece que cada vez se va a poner más interesante n.n

Me gusta mucho y me recuerda mucho a mi colegio esa sensacion de miedo.Actualiza pronto

Continúa porfiiis